jueves, 20 de febrero de 2014

Conocer y aceptar al otro con su valor personal exige paciencia y creatividad, fidelidad.


La paciencia no se debe entender como una actitud pasiva, sino como la actitud del que sabe ajustarse al ritmo del otro, de los otros.

La creatividad es una búsqueda activa de nuevas formas de conocimiento, de imaginación, de amor. Es el mejor antídoto contra la rutina, lo veremos en las sesiones de noviazgo y matrimonio.

La fidelidad no como el mero aguantar (propio de columnas, objetos que soportan peso, o a lo sumo como mulas de carga). La fidelidad es una virtud operativa, que a través de la creatividad y de la paciencia me hace, y nos hace, ser más felices, incrementar (no simplemente conservar) nuestra vocación de amor. La fidelidad que -como todo en lo humano- tiene sus baches y momentos de alegría, cuando conlleva ese afán de construir, de crecimiento, nos conduce a la felicidad. 

La fidelidad o crece o muere.

SABER HABLAR (RESPONDER)

Saber cómo responder a las preguntas de nuestros hijos es el tercer elemento crítico en la comunicación. Si deseamos que ellos compartan sus sentimientos, opiniones, temores o dudas con nosotros, debemos acogerlos en forma cálida. También debemos demostrarles calidez cuando queremos darles a conocer nuestras opiniones o la manera de solucionar conflictos.
La forma de expresarnos también presenta ciertos elementos críticos que pueden facilitar o bloquear la receptividad. Algunos de estos elementos son los siguientes:  

  • Saber manejar el tono de la voz. Debemos darnos cuenta cuando nuestra voz suena a crítica o burla, o cuando damos la impresión de estar imponiendo órdenes y gritando. Estas tonalidades bloquean la comunicación. Por ello, un tono de voz cálido y amistoso forma parte del éxito en la comunicación.

  • No ofrecer consejos cada vez que su hijo le habla. Es mejor escucharle con atención y tratar de entender sus sentimientos detrás de las palabras, y luego verificar lo que ha querido expresar.

SABER OBSERVAR

En las conversaciones con nuestros hijos, la comunicación verbal (lo que hablan) es tan importante como la no-verbal (cómo actúan). Para poder comprender lo que están tratando de comunicarnos, es necesario observar detalladamente todos los mensajes que nos envían, tanto con sus expresiones corporales como con sus palabras. Saber reconocer estas señales nos ayudará a conocer sus sentimientos. 

Esté atento a las expresiones corporales y faciales de su hijo. Observe por ejemplo, si está relajado, sonriente y mirándole a los ojos, o si por el contrario, está nervioso, tiene el gesto fruncido, golpea el suelo con sus pies y mira continuamente su reloj. Estas señales mandan claros mensajes que no podemos ignorar. 

También es importante enriquecer nuestras señales corporales; miradas, gestos, caricias, apretones de manos, roces o sonrisas. Estas acciones son un lenguaje que nos acerca a nuestros hijos y favorecen la comunicación

SABER ESCUCHAR

Escuchar es el componente más importante de una buena conversación, y tal vez, el más difícil. Algunas prácticas sencillas para aumentar en nuestros hijos el deseo de compartir sus experiencias o preocupaciones durante el transcurso de una conversación son las siguientes:
  • Muestre una actitud positiva frente a su hijo: mírelo a los ojos, asienta con la cabeza, si está sentado incline su cuerpo hacia adelante, entréguele su completa atención.
  • Ponga atención a lo que su hijo dice y cómo lo dice. Tenga en cuenta su tono de voz, las palabras que usa, los gestos que hace, el movimiento de su cuerpo, y su estado de ánimo.
  • Identifique los sentimientos que su hijo está expresando al hablar. No lo interrumpa. Concéntrese en escucharlo. Mientras él habla, no piense en la opinión que usted tiene sobre lo que él está diciendo ni en lo que le responderá cuando haya terminado.
  • Asegúrese de entender lo que su hijo ha querido decir durante la conversación. Para confirmarlo, repita lo que usted ha entendido. Por ejemplo: "¿Quieres decir que sabes que debes decir "no" al uso de drogas, pero que no sabes cómo manejar la presión de tus amigos?"
Si sus hijos notan que usted los sabe escuchar estarán más abiertos a compartir sus sentimientos y sus dudas, y usted podrá saber lo que piensan.